Después de muuucho tiempo, finde de desconexión.

Frío, lluvia, setas, buena conversación y chimenea.

Hace tiempo leí en un blog al que no recuerdo como llegué, una entrada que hizo engancharme a él. Ahora acabo de ver que esta persona me da un regalo, un premio, el segundo que me da, porque el primero fué leer esto:

«Mamé tantas lágrimas como leche. Mi madre lloraba cada vez que me ponía al pecho y el exceso de sal en los primeros días de mi existencia estuvo a punto de terminar con mi historia a las pocas páginas.
Nunca supe por qué lloraba mi madre pero a mí me quedó una especie de tristeza crónica que se agrava cuando miro al mar.
Será por la sal».

MamisigloXXI

El cielo de Madrid el otro día. Desde casa. La verdad es que es una suerte tener estas vistas mientras trabajas.
Esto me hace recordar un día que al llevar a Darío a la escuela, un arco iris impresionante (entero, enorme y doble) aparecía durante unos minutos en el cielo (y yo sin batería en la cámara, ya me vale).
No sólo nadie paraba a admirar tal belleza, sino que ni siquiera se la mostraban a sus pequeños. ¿tan lejos estamos de la belleza? ¿o tan acostumbrados? ¿o tan ciegos? ¿las prisas mañaneras son las únicas culpables?

Haces que el invierno parezca primavera.

Qué frío hace… ayer, cuando volvíamos a casa el termómetro marcaba -4º.

Me encanta la niebla. Desde mi ventana.

Parece que a Obama le gusta mucho Barcelona y Zapatero le ha regalado una guía turística. Qué interesante.

 
Estación geotermal de Krafla, Islandia.
A pesar de su aspecto, ese «humo blanco» es vapor de agua. Energía limpia.

El planeta tiene los suficientes recursos naturales
para crear energía limpia para las necesidades actuales.
Los humanos tienen la tecnología.

 
En India está la mitad de los elefantes asiáticos, que no sufre tanto el aniquilamiento por su marfil que su hermano africano, ya que resulta mas rentable como mano de obra.
En India, mueren al año unas 50 personas
y el doble de elefantes en sus «encuentros».
Pero la forma mas horrible que tiene un elefante de matar a un hombre
se lo ha enseñado otro hombre.
Durante cientos de años se les ha utilizado como verdugos, a torturar y matar: se les enseñó a pisar cabezas, a clavar colmillos, a pisotear a grupos, a desmembrar extremidades… y a veces se les utilizaba también como ordalía.

Su mahout bien le puede mimar.